Noticias

Federico Buyolo: “El mundo ha cambiado y sabemos lo que tenemos que hacer, tenemos los recursos y la voluntad”

Por Yolanda Menadas | Fotografías de Ana Enguídanos Baena

Los libros están perfectamente colocados, sobresale uno entre ellos, Cometas en el cielo, lo tiene repetido, cuenta que se los regalaron cuando participó en “el árbol de los libros”, una cadena de regalar y recibir historias narradas en papel, como ésta, que cuenta la vida en Kabul de una familia durante el invierno de 1975.

El director de cooperación de la Comunidad Valenciana, Federico Buyolo, nos explica que intentaba resistirse, aunque finalmente el libro digital ha ganado la batalla. Dice que es lo más cómodo para los viajes, impulsar que la Generalitat Valenciana se haya convertido en pionera en la implantación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible no se consigue sentado en un despacho.

Federico Buyolo
Federico Buyolo | Fotografía Ana Enguídanos Baena

El lunes, se publicó que el gobierno rechaza la Ley Valenciana de Cooperación por inmiscuirse en política internacional. ¿Qué opina y cómo afecta a los objetivos de la Generalitat?

Entendemos que no tienen razón porque el artículo es muy similar al que ya teníamos en la antigua ley de cooperación, por lo tanto, no hay ningún cambio en lo que ha sido la política habitual en cuanto a relaciones con otras entidades en el ámbito internacional que lleva la Generalitat Valenciana y, además, no es voluntad del gobierno valenciano inmiscuirse en las competencias que tiene el Estado. Las comunidades autónomas tenemos competencias en la cooperación internacional. No tenemos competencia en las relaciones internacionales, por supuesto, entre estados, que eso le compete al gobierno español, pero nuestro trabajo consiste en generar alianzas con otras entidades, por tanto no hay ningún problema. A pesar de ello, la voluntad del gobierno valenciano no es abrir conflictos innecesarios, sino sumar y seguir construyendo una política de cooperación valenciana y, además, alineada en todas las agendas internacionales y con España, por eso, haremos la modificación que se considere para que quede bien claro que estamos circunscritos al marco jurídico español y con eso daremos por concluido el tema.

A pesar de los obstáculos, la Generalitat es pionera en la implantación de los ODS. ¿Cómo lo habéis conseguido?

Guau, efectivamente ha sido difícil, no podemos engañarnos. Estamos en un momento de transformación porque hemos vivido una época negra en el mundo de la cooperación. Y ahora estamos ante un nuevo paradigma, en una nueva manera de entender la política, en nuevos gobiernos del cambio. Esto lleva implícito que tiene que haber un cambio en la política de cooperación. Afortunadamente, tenemos los ODS, una agenda suscrita por 193 países que establece unas líneas de trabajo que vienen a ser comunes para todos y que, por lo tanto, la Generalitat Valenciana entendía que ésta era también su agenda. Hacer toda esa transición siempre es complicado, pero conseguir una cooperación para la transformación, que vaya fundamentada en las alianzas. Y ése es el modelo y el modelo nos lo dan los ODS. Pero tienen que nacer desde la participación y eso es lo que entendimos desde el principio.

Federico Buyolo
Federico Buyolo | Fotografía Ana Enguídanos Baena

Pero la Generalitat también se ha convertido en un modelo para una organización como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo…

Sí, efectivamente, hemos trabajado codo con codo con ellos para que el modelo valenciano se convierta en un modelo replicable a otros ámbitos y otras regiones. De hecho, en noviembre, que esto ya casi es primicia, haremos un encuentro de regiones por los ODS aquí en la Comunidad Valenciana, de tal manera, que vamos a juntar aquí a casi 30 regiones de todo el mundo para hablar de los ODS y el papel que jugamos las administraciones autonómicas. La política ya no se circunscribe solo en el ámbito nacional sino que además las regiones y las ciudades estamos teniendo parte importante en la configuración de este nuevo mundo global. Estamos en un mundo cuyo eslogan antes era “Piensa global, actúa globalmente” y hoy vemos que hay problemas locales que requieren soluciones globales, pero también hay soluciones locales para problemas globales.

Según su informe anual, la agricultura es el sector que más financiación recibe de la cooperación valenciana. Y Bolivia el país que más ayuda recibe.

No hay que perder cuál es el sentido de la cooperación. Hay países en los que nuestra acción está muy ligada al papel que hacen las ONGDs. Uno de los elementos fundamentales para el desarrollo en estos países es la agricultura y uno de los países que más necesita de esa aportación es Bolivia. Nuestro antiguo Plan Director estaba muy vinculado a una visión agrícola y en América Latina y en Bolivia se juntan esos dos componentes. Igualmente, todo el tejido de las ONGDs estaban vinculadas a América Latina. Ahora va a haber un cambio para acercarnos a los ODS, con un nuevo Plan Director con cinco ejes, donde ya no vamos a hablar solo de un ámbito sino de todos. Y además, con la introducción de países de renta muy baja, como son los de la parte del Norte de África, pero, sobre todo, de África Subsahariana, con lo cual, vemos que ahí va a haber una tendencia de cambio en la próxima convocatoria donde América Latina va a seguir teniendo una parte muy importante, pero también África.

¿Cómo se aplican estos objetivos mundiales en nuestro entorno más cercano?

Eso es importante, tenemos que entender que los ODS no son una agenda de Norte-Sur, como eran los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ésta es una agenda que nos obliga a todos. A nosotros, el Consell nos encomendó la tarea de alinear los objetivos de la Generalitat Valenciana con los ODS, de tal manera, que lo que estamos haciendo es generar alianzas con cada una de las consellerias para que vayan implementando en su ámbito estos ODS. Además, convencemos, seducimos, enseñamos y acompañamos al resto del gobierno para saber qué cosas se tienen que hacer, pero sin tener que inmiscuirnos nosotros en la labor de cada uno, nosotros no somos los vigilantes de los ODS. ¿Qué hemos hecho hasta ahora? Tenemos la formación del funcionariado, estamos trabajando para alinear todo el presupuesto de la Generalitat Valenciana , hemos alineado el Pacto del Botànic, de hecho, el pacto del Botànic comienza diciendo “La Agenda2030 para el Desarrollo aprobada por Naciones Unidas…” y alinea las 240 medidas que aparecen en ese documento. Y estamos trabajando de cara al futuro, lo que tiene que ser el futuro del trabajo de la creación del Alto Consejo Consultivo, que es el órgano que aglutina a sociedad civil, administración y los distintos actores para entender cómo cada uno de nosotros podemos trabajar para cambiar las cosas aquí. No solo podremos transformar el mundo haciendo operación al desarrollo, sino que además, también tiene que haber un cambio de paradigma en lo que hacemos aquí en el Norte.

Federico Buyolo
Federico Buyolo | Fotografía Ana Enguídanos Baena

Me has hablado de muchas iniciativas, ¿cuáles diría que son los mayores logros conseguidos esta temporada?

Esto es un camino continúo… Como dice una canción de Dresler: “Lo importante no es el final, sino el trayecto”. Yo creo que lo importante es ese trayecto, es decir, el construir con la sociedad civil, las ONGs, las empresas, la administración… esta nueva manera de entender la política, la relación con los ciudadanos y un nuevo modelo social, económico, cultural y medioambiental. Toda esa construcción es complicada, al mismo tiempo, es el gran logro. El mundo ha cambiado y sabemos lo que tenemos que hacer, tenemos los recursos y la voluntad. La Agenda2030 es una agenda que ha sido construida por la sociedad civil, las empresas, los estados… con sus errores, con sus aciertos, con sus más y con sus menos, pero es la primera agenda donde la ciudadanía ha participado en la concepción. Ahora tenemos que dar un paso más y es que si la ciudadanía ha participado en la definición de la agenda, tiene que estar también en la planificación, ejecución, evaluación y definición de la agenda. Esa manera de entender el desarrollo creo que es lo más bonito de todo este proceso.

Federico Buyolo
Federico Buyolo | Fotografía Ana Enguídanos Baena

¿Qué papel juega el sector privado y la sociedad civil?

No podemos entender que en el siglo XXI con las tecnologías de la información y la participación activa… la democracia se construya solamente con el voto cada cuatro años. Tiene que haber una democracia expansiva, que combine la democracia parlamentaria con la democracia participativa. Esa democracia participativa no significa solamente votar, sino también implicarse en la consecución de unos objetivos que además definamos de manera conjunta. El Consejo Valenciano de Cooperación es el mayor ejemplo que tenemos sobre este ámbito, un consejo donde participan todos los actores, donde juntos decidimos, a través de mucho diálogo –yo diferencio el diálogo, el debate y la discusión-. Pero no se trata solamente de construir y opinar, sino, también, de ser partícipe. Hasta ahora, la sociedad ha estado en la parte reivindicativa, aunque yo no quiero sociedad reivindicativa, quiero sociedad crítica y participativa. Esto no nace por generación espontánea, hay que ensayarlo, hay que trabajarlo, hay que aprenderlo, hay que formar, hay que informar, hay que generar ciudadanía crítica y por lo tanto, ahí el ámbito de la educación y una educación para el desarrollo sostenible y pensando que la sociedad del año 2030 tiene que ser distinta a la que tenemos hoy en día. Es un proceso lento, pero inexorablemente necesario.

En estos momentos, todos los países son países en desarrollo sostenible y según el Índice de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, España ocupa el puesto número 30 de un total de 149 países comprometidos con estos objetivos. De los 17 objetivos, nuestro país solo aprueba en igualdad de género. ¿Qué medidas se han tomado para conseguirlo?

España es un referente en políticas de igualdad, nadie lo duda. Creo que en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se dio un gran impulso a las políticas de igualdad y después de muchos años volvimos a ser vanguardia en cuanto a políticas sociales y, de hecho, nuestra ley de igualdad ha sido copiada por otros. Entendiendo que hemos avanzado, todavía nos queda mucho por conseguir, porque hoy en día, la igualdad de género no está conseguida, la brecha salarial es brutal y todavía queda mucho por hacer en cuanto a la participación de las mujeres en cargos directivos. Por desgracia no nos pasa lo mismo en otros objetivos. El gobierno todavía no tiene una voluntad clara de poner en marcha esta para que España vuelva a ser un referente. Es importante entender que el monto de dinero que invertimos en la cooperación es muy bajo, lo que no puede pasar es que hoy en día las empresas doblen el presupuesto de cooperación del gobierno español. Me parece muy bien lo que hacen las empresas, pero el gobierno no puede olvidarse de este tema. Eso en el ámbito exterior, en el ámbito interior ni se contempla la agenda como un elemento de política nacional, con lo cual, creo que estamos perdiendo una oportunidad.

Federico Buyolo
Federico Buyolo | Fotografía Ana Enguídanos Baena

Si ahora cerráramos los ojos y al abrirlos estuviéramos en 2030, ¿qué le gustaría encontrarse?

Yo soy un idealista. Quiero pensar que en el año 2030, lo habremos conseguido porque tenemos los recursos necesarios. Es decir, hay una cosa muy significativa, me contaba Cristina Narbona, anteriormente ministra de Medio Ambiente, que hay 800 millones de personas que no tienen la seguridad alimentaria garantizada y, sin embargo, hay 1.100 millones de personas que tienen problemas de sobrepeso. Cuando en un mundo se desperdician el 30% de los recursos, no solamente en los países del norte, sino también en los del sur, el problema es la mala distribución de esa comida.

Miguel Ángel Moratinos, ex ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, me decía que no se conseguirán y que en el año 2030 inventaremos los ODW y en lugar de 17 objetivos, serán 25… es verdad, el mundo continuará, los retos, cada vez, van a ser distintos. Si los ODM eran los objetivos de la pobreza, los ODS son los de la desigualdad. No sabemos lo que va a pasar dentro de 30 años, pero sí que sabemos lo que sí va a pasar si no hacemos lo que hemos decidido que tenemos que hacer. Y las agendas son para cumplirlas. Yo estoy convencido de que no se trata solamente de tener buenas intenciones, también tenemos el conocimiento, a diferencia de lo que pasaba en el medievo. Hoy en día la revolución tecnológica nos da la posibilidad de poder afrontar estos retos y, por supuesto, en el año 2030 tendremos que pararnos, reflexionar, decir qué se ha cumplido y redefinir los nuevos problemas que se tengan que solucionar, pero quiero soñar que el mundo tiene que cambiar y que está en nuestras manos que eso se produzca porque tenemos las capacidades y sabemos lo que hay que hacer, solo falta la voluntad para llevarlo a cabo.

 

Suscríbete a nuestro boletín semanal para recibir las últimas noticias en tu correo

Compartir en redes sociales