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Cómo Rogers iluminó a TECHO

Miles de voluntarios de la organización TECHO acuden diariamente a trabajar con las comunidades más desfavorecidas alrededor de Latinoamérica. Trabajan estructurados, ordenados, -casi con la jerarquía que precisa un batallón militar-, pero batallones formados por voluntarios que buscan superar la situación de pobreza que viven miles de personas. Su elaborado modelo trabajo no es gratuito.

En 1954, el Ministerio de Sanidad de Perú puso en marcha un programa destinado a introducir una serie de novedades sanitarias en varias comunidades indígenas de los Andes. Entre las medidas que se adoptaron fueron la quema de basura diaria, el uso de las letrinas o que hirvieran el agua antes de consumirla. La población fue bastante reticente con el uso de estas medidas, las novedades significaban cambios demasiado radicales para sus costumbres y cultura. Los indígenas no terminaban de comprender del todo las razones por las que debían de realizar estos cambios.

El ministerio envió una asistente social con la función de persuadir a los habitantes de una de los comunidades llamada Los Molinos para que hirvieran el agua generando así una costumbre habitual. Sin embargo, ni si quiera con ayuda del médico local y varias charlas preparatorias consiguieron implementar el hábito a más de 15 familias, de entre 200.

Evertt M. Rogers se propuso comprender los motivos que llevaban a esta comunidad a rechazar las nuevas prácticas. Después de observar y analizar la cultura local formuló una investigación en 1962 –que supondría también su tesis doctoral- llamada teoría de la difusión de las innovaciones. Concluyó que la falta de éxito de la difusión de los nuevos métodos higiénicos era una consecuencia de la introducción de unos valores que contradecían las tradiciones del pueblo, además de la incapacidad de ministerio de saber hacer llegar el mensaje. Dedujo que la asistente social tenía un aspecto demasiado metropolitano y que empleaba conceptos demasiado técnicos como “gérmenes”. Este tipo de lenguaje, llevó, -todavía más si cabe- el desinterés de las comunidades por las innovaciones propuestas.

De acuerdo con la definición de Rogers, la difusión de una innovación se debería comunicar “a través de ciertos canales, a lo largo del tiempo, entre los miembros del sistema social” (Rogers, E.M.: Diffusion of innovations, 1983, pág. 5).

Como acredita el trabajo publicado en esta página, El corazón de Haití (una producción gráfica y audiovisual lanzada en colaboración con la organización nacida en Chile en el 1997), es la prueba de cómo miles de voluntarios locales trabajan de la mano de líderes comunitarios para lograr el empoderamiento de las comunidades.

El corazón de Haití - Alberto Pla-9
Un voluntario haitiano de TECHO informa a una habitante de la comunidad de Onaville sobre la próxima reunión en la comunidad. Fotografía: Alberto Pla «El corazón de Haití»

Si hoy Rogers visitara la comunidad haitiana de Gariche Prince o Onaville –Fotografía, por cierto de portada este artículo- observaría como la innovación se implanta desde el respeto y diálogo con las comunidades. Observaría como el uso de los canales de comunicación se realiza de tú a tú; a través de reuniones, de manera cercana y a través de la escucha activa de sus participantes. Descubriría que el tiempo –el cual Rogers dota de significativa importancia- se trata con mimo y sin descanso, pero cuidando que el mensaje se comprenda y no provoque rechazo como ocurrió en Los Molinos. Evidenciaría como desde dentro, el sistema social empatiza con los nuevos avances y se sorprendería de que muchas de las decisiones y novedades implementadas no caen en una jerárquica red de mandato, sino brotan desde el diálogo de las propias comunidades. Ésta, estoy seguro, se la apuntaría.

Rogers, -que falleció hace poco más de 11 años- delimitó las bases de lo que hoy la RAE define como cooperación; “Acción y efecto de cooperar”. TECHO, acredita –y no de manera gratuita- que su modelo, más que construir casas es el de transformar la vida de los pobladores desde dentro, desde donde más se entiende, como afirmaría Rogers, el sentido de la cooperación.

Fotografía de Cover (1) y fotografía principal de portada (2)
1. Niños jugando con una bomba de agua frente al centro comunitario de TECHO en la comunidad de desplazados de Onaville, en Haití. Fotografía de Alberto Pla para el proyecto «El corazón de Haití» (2013).
2. Reunión entre líderes comunitarios y voluntarios -locales todos ellos- en la comunidad de La Digue, en Haití. Fotografía de Alberto Pla para el proyecto «El corazón de Haití» (2013).
Bibliografía
De Miguel Pascual, Roberto (2013):Teoría de la Comunicación Social”, Centro de Estudios Financieros, (página de la 225 a la 236), I.S.B.N 978-84-454-2510-7.
Pemberton, H. E. (1936): ‘The Curve of Culture Diffusion Rate’, American Sociological Review, 1 (4): 547-556.
Rogers, E. M. (1995): Diffusion of innovations (5th ed.). New York: Free Press.
Roland Burrage Dixon (1928): «The Building of Cultures».

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